reptan y reptan y vuelven a reptar.
Qué voz más débil me sale, ¿lo notas?.
Aún quedan restos del sol en el asfalto y me doy cuenta de que quizás el mañana no siempre consuele tanto.
Sólo percibo un acertijo y mi condición de película de Woody Allen,
pero bueno, voy a buscar algo en la bodega.
Me pregunto si hubiese bastado con decir que...
pero bah, olvidemos las cuestiones para seguir dejándolas acumuladas.
Quizás sólo fuese una coincidencia ..
aquello de encontrarme tu rostro a centímetros del mío ....
y mi mano acto reflejo... y nuestros ojos que tan rápido,
de repente, se encontraron.
Sí, hablo de aquella tarde…
pero bah, olvidémosla.
Sí, tal vez es mejor vivir en una ciudad nevada de olvido,
de recuerdos agazapados esperando el momento para marcharse de la memoria,
para salir caminando por su propio pie y hacerse presente.
No, no puede ser tampoco así porque los días...
o quizás porque los bolsillos...
no, tan sólo es porque ayer llovió.
Qué voz más quebrada se me escapa, ¿te das cuenta?.
Se que es por la fatiga de materiales y los olvidados atardeceres;
o tal vez por las palabras lagartijas que reptan hasta la garganta...
o aquellas que no se acaban de decir nunca.
Y te confieso que no acabo de creerme aquello de que todos los viernes
y sábados tendré como un deja-vú,
pero bah, déjalo,
quizás sea mejor que vuelva a ............
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